lunes, 20 de septiembre de 2010

# 15. Meetic y ¿Rara avis?


Foto de VISA pour l'Image, Perpignan, 2010.

- ¿Cómo eres tan atrevida? ¿No te da miedo dar con algún loco? –preguntó mi querida y asustadiza amiga Ana.
- No puede haber más locos que en la calle –le contesté- las probabilidades son las mismas. Pura estadística. Y no soy atrevida, ya lo sabes.
- ¿Entonces? ¿Cómo te metes en un sitio así, donde pueden engañarte como a una niña, poner cualquier cosa para venderse? Mira que lo que se dice de esos sitios no es buena cosa. Ahí no vas a encontrar más que los restos, lo que no quiere nadie, gente que no vale un pimiento.
- ¿Eso es lo que opinas de mí? ¿Qué no valgo un pimiento? –le miré inquisitiva.
- Mujer, tú eres punto y aparte. Tú eres una mujer como la copa de un pino. No vamos a decir que hayas acertado, la verdad. Pero exponerte en un escaparate para que te escojan como en un catálogo por correspondencia… Te puede ver alguien del trabajo, tu familia, tu hijo…
- Ana, cariño. Hace un año que me divorcié y eso es público. En mi trabajo y mi familia lo requetesaben. Para mi hijo, en plena adolescencia, soy la última de sus preocupaciones ¡Ya tiene 16 años! Y además, igual que estoy yo, puede estar también alguno que valga la pena. Estadística, Ana, estadística.

La vida transcurre deprisa y caprichosamente y, en definitiva, lo que encontraba en Meetic era lo mismo que encontraba en la calle: estadística. Aburrida de las carencias y deficiencias de la demanda, una termina por no presentar oferta.

Un día, más aburrido que los demás, en mi bandeja de correo, encuentro: “Meetic: Juanbna_900 te ha enviado un nuevo e-mail”.

- Venga, va, tú has sido elegido para no ir directamente a “Eliminar” –pienso-. Abro.


De: Juanbna_900
Para: Belbelisa

Pero ¿tú qué esperas?



De: Belbelisa
Para: Juanbna_900

Alguien como yo.



De: Juanbna_900
Para: Belbelisa

¿Te basas en una simple foto y en una descripción para encontrar lo que buscas, para hacer tu elección? Me siento como un perro en el criadero, aquí, teniendo que demostrar mi pedigrí. ¡Qué tontería! No tengo pedigrí, y me siento juzgado por ello. Pero puede ser que sea muy diferente en la vida real, con muchos más atractivos que los que muestra una foto.


De: Belbelisa
Para: Juanbna_900

Señor:

No he mirado su foto ni su descripción, solamente he respondido a su pregunta.
Se siente como un perro… le comprendo perfectamente. Yo, por mi parte, la mayoría de las veces me siento como un pedazo de carne ante una jauría.

Entré en este lugar hace años, cuando era gratuito para las mujeres, y no me he borrado, lo cual me ofrece el “privilegio” de no pagar un céntimo. Sigo aquí y, de vez en cuando, entro en la página para ver lo que ocurre. Hace ocho meses que borro los correos sin abrirlos, pero la casualidad ha querido que leyera el suyo.
Verá, lo que ocurre es lo siguiente:

En su momento empleé un buen tiempo para responder y completar todo el cuestionario de mi ficha, y todavía recibo tests -para comprobar mi afinidad-, de tíos que esperan que sea yo la que siga contestando a más preguntas, cuando ellos no han puesto más que su edad, y puede que nacionalidad y horóscopo. No han leído la parte de mi presentación en la que digo “Quiero lo que ofrezco” o, simplemente, no han leído nada.

Digo que acepto un hombre con unos pocos años más o menos que yo, y recibo flechazos de hombres de 60 años que aceptarían una mujer entre 35-45 años. ¿Debería sentirme privilegiada por entrar en el lote? Dicen de sí mismos que son románticos y me reprochan que yo no lo sea (así reza en mi ficha). Sin embargo, no buscan más que carne fresca –con respecto a la propia- sin ningún interés en la templanza, la madurez y la ternura que ofrece y requiere el romanticismo…

Todos mis datos son reales, y me he encontrado con hombres que tienen diez años más de los que indica su ficha, en la cual habían puesto una foto donde tenían quince años menos –sin contar aquellos que no ponen foto “por motivos profesionales”-. Algunos con una barriga que no les permite ver su propio sexo, que buscan una mujer con silueta deportiva; peludos como osos pero que quieren una amable “manzanita” bien depilada.

Repaso mis correos para expresarme correctamente, y me encuentro con hombres que afirman tener estudios de licenciatura o superiores, y que cometen más faltas de ortografía que palabras escriben.

Recibo igualmente correos que son un burdo “copiar-pegar”, a modo de circular; creíbles quizá para una adolescente, pero nunca para una mujer. A veces no lo recuerdan y lo repiten, literalmente, al cabo de unos meses.

No hablemos del estado civil.

En fin, créame si le digo que comprendo su decepción, pero también que no es conmigo con quien debe envalentonarse. No acostumbro a prejuzgar, sin embargo, y tras la lectura de su correo, no estoy muy segura de que usted no lo haya hecho conmigo.

Soy una aventura magnífica en la cama, lo tengo claro. Aún así, en el mejor de los casos eso no me ocuparía más que una o dos horas diarias, lo cual es poca cosa comparado con lo que puedo dar el resto del tiempo.

¿A quién ofrecérselo? Insisto: a alguien como yo. Y yo lo quiero todo. De cualquier forma, ya hace un rato que no busco nada, en efecto. Solamente espero lo que deseo.

No piense que es más fácil de este lado –del lado de las mujeres- cuando lo que se pretende encontrar es franqueza, claridad y una compañía honesta.

Confío en haberme expresado bien, sinceramente,

Isabel

P.S. Y ahora, puede que lea su ficha.


No me tomé esa molestia. Me di el gusto de borrarme. Nunca me gustó la estadística, ni los numeritos.

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